martes, 25 de septiembre de 2012

Ella

Querida AMIGA:

Duele caer... duele y mucho... pero mucho más intenso que todo ello es el dolor que se siente cuando te intentas curar la herida. Cuesta reconocer que has caído, pero más costoso resulta tener que levantarse cuando la herida aún sigue sin cicatrizar...

Y ese es el problema de caer... que necesitamos tiempo, no para levantarnos.. sino para mantenernos en pie. Porque constantemente, y tal vez de forma inconsciente,  te siguen recordando y rozando la herida.

Ojalá pudiera amortiguar cada uno de tus tropiezos, ojalá pudiera anticiparme a cada movimiento y a cada suceso...pero resulta imposible. A lo largo de nuestro corto o largo camino nos encontraremos con una gran diversidad de piedras; algunas de ellas únicamente nos harán un pequeño rasguño, otras pasarán desapercibidas para nuestro ojos, pero habrán otras que dejarán huellas en nosotros. Aquellas que dejan cicatriz y que difícilmente el sol puede disimular. Pero querida amiga... tendremos que aprender a vivir con ellas porque una piedra no es más fuerte que tu!.

Muchos días te preguntarás ... ¿para qué echar perfume a la vida? ¿para qué si me escuece la herida? y yo te digo que ... 

Hoy te toca romper la baraja  
porque anclada ni subes ni bajas...
para ser, para estar, para echar a volar
hoy te toca soltar las amarras...
¿Cómo que para qué? porque PUEDES
y sé que si quieres te sobran las alas


Sabes amiga que a día de hoy, mi función es cicatrizar tus heridas e intentar mantenerte en pie. Porque hoy y por siempre mi prioridad eres TU. 






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